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El Villarreal sigue desangrándose en defensa esta temporada. Y, de momento, ni la llegada de Marcelino García ha servido para mejorar el peor de los males que esta temporada aquejan al conjunto castellonense. Los tres tantos encajados en Mestalla elevan la cuenta a un total de 38, lo que convierte la actual en la peor primera vuelta de la historia amarilla en cuanto a seguridad defensiva se refiere.
Es cierto que los amarillos llegaban con una defensa de circunstancias dadas las muchas bajas con las que llegaban al partido. Obligado a apostar por el canterano Altimira y por un mediocentro como Terrats en las bandas, a las primeras de cambio los amarillos perdían a un Raúl Albiol que llegaba entre algodones al duelo. Pero esa circunstancia en un partido puntual no sirve para explicar el desastre defensivo que ha resultado ser el conjunto amarillo durante toda la temporada. Y es que tan sólo los dos equipos que cierran la tabla, Almería y Granada, han recibido más tantos que los de La Cerámica.
La comparación con los números que el equipo presentaba la pasada temporada es sangrante. Por entonces el equipo entrenado por Setién cerraba la primera vuelta con tan sólo 14 goles en contra. Pero es que incluso en la peor temporada de la última década, la 18/19, cuando los amarillos ocupaban plaza de descenso al final de la primera vuelta y eran decimonovenos con tan sólo 17 puntos, tan sólo encajaron 25 goles en los primeros 19 partidos. 13 menos que ahora.
Un dato peligroso indica que los números defensivos son muchos peores que los de las dos temporadas que acabaron en descenso. En la campaña 12/13 los de La Plana encajaban 28 tantos a estas alturas de ejercicio. Incluso en el año de su debut en Primera, que también acabó en descenso en la temporada 98/99, tan sólo sumaron 27 tantos en contra con Irulegui en el banquillo.
38 goles en la primera vuelta que son tan sólo dos menos que los 40 que el propio Villarreal encajó durante toda la pasada temporada. Un dato terrorífico.
