EspnNcaa
“Las expectativas en el entorno son enormes, de buscar la excelencia, nos falta encontrar la continuidad respecto a aquella Supercopa de hace dos aos. La excelencia que buscamos nos har ganar ttulos“, aseguraba Xavi Hernndez en la previa del partido frente a Osasuna. Y quizs ese sea el problema, querer buscar la excelencia… cuando todava no se sabe a qu juega este Bara. Habl de encontrar un misterioso ‘clic’ que hiciera que el equipo se reencontrase con su esencia, ser ms contundentes en las dos reas y recuperar la confianza para aprovechar el ttulo que otorga la Supercopa de Espaa para firmar el mismo punto de inflexin que la temporada pasada. Cierto es que la excelencia no tiene lmite de velocidad… pero para correr, uno tiene primero que aprender a andar.
El Barcelona gan sin brillo… pero cumpliendo el objetivo, que al final es lo que consigue cambiar la dinmica de un grupo. Juventud, desparpajo y unin tienen para repartir por Riad y, aunque la historia era diferente en tiempos pasados, plantarse en la final puede ser el primer paso para el renacer de un equipo que sigue con opciones de ganar todos los ttulos. El aficionado cul se podr ir tranquilo a la cama sintiendo que al menos esta noche solo se ‘sufri’ durante 45 minutos. Paso adelante… y ahora a verse con el eterno rival en un torneo que peda a gritos esta final. O al menos para unos aficionados saudes a los que parece que solo les llegan los partidos del Barcelona y del Real Madrid a sus televisiones.
Las dos caras de Lewandowski
Existe un truco infalible para quitar el xido de los metales que consiste en poner el elemento dentro de un recipiente con vinagre, dejarlo actuar un par de horas y de una fcil pasada quitar la capa daada. Un proceso parecido tiene que realizar el bueno de Robert Lewandowski cada vez que entra en el rea rival. Porque fuera, cuando trata de recibir de espaldas para hacer jugar a sus compaeros, se encuentra ms errtico que nunca. Lento, torpe e incluso sin confianza. Pero cuando el baln lo recibe dentro del rea… la luz, una que ha tenido durante toda su carrera, se vuelve a encender para iluminar a un Barcelona que viaja rozando siempre la oscuridad (el famoso unocerismo), una que quiere atraer al Barcelona y que el polaco se empea en evitarla a base de fuerza. Un malabarista del gol que pide a gritos realizar sus trucos con solo una pelota… cuando antes maravillaba al mundo hasta con cuatro a la vez.
Una pregunta de difcil respuesta
Es posible que algn aficionado azulgrana se ilusione con este equipo? Uno ve la alineacin y la respuesta es sencilla: s. Hay jugadores de sobra para creer en el proyecto… pero la sensacin, desde fuera, es que falta algo. Y ese algo, que puede ser cualquier cosa, es lo ms difcil de encontrar en el mundo del ftbol. Porque cuando uno sabe lo que le falta, tan slo tiene que acercarse al centro comercial ms cercano (en Riad los hay a patadas y de todos los colores) para comprarse el dichoso capricho. Y como en el Barcelona todo es una pelota gigante que no para de rodar… ahora le llega el turno a ese capricho. Porque ese es otro problema del Bara, saber cmo se puede realizar esa operacin.
Si Osasuna hubiese aplicado la ‘ley’ de Xavi…
“Me preocupan las dos reas. Falta esa contundencia que en otros momentos hemos tenido“, peda el entrenador azulgrana a sus jugadores antes de la semifinal ante Osasuna… y si los jugadores de Arrasate hubieran tomado nota, quizs el marcador de la primera parte hubiera tenido otra numeracin. Primero fue el egosmo de Budimir dentro del rea, que no quiso regalar el gol a su compaero para llevarse la gloria, y despus un centro que por centmetros no acab dentro de la portera de Iaki Pea. Atrs, acab sucumbiendo con el 1-0, que subi al marcador a pesar de la insistencia de Arnaz. Le robaron la cartera por la espalda y slo le qued la de tirarse al suelo, fingir el dolor… y, con suerte, engaar al colegiado. Sin embargo, la falta fue inexistente.
Un muro rojillo en Arabia
Siempre se ha dicho que dependiendo de cmo est pintado un espacio… se puede llegar a transmitir diferentes sensaciones y experiencias. Y si en la primera semifinal de la Supercopa de Espaa lo ms llamativo de la grada es que la paleta de colores se redujo a un solo color, el blanco de las camisetas del Real Madrid, en el Barcelona-Osasuna destacaba el muro rojillo que parta el estadio en dos.
