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Pepe Castro es un hombre que se ha sabido manejar bien en la cspide de su trayectoria dentro del Sevilla, cuando pocos daban un duro porque fuese capaz de capear cuantas tormentas inesperadas o dirigidas le han cado en lo alto. Siempre en un segundo plano con otros presidentes, como Roberto Als o Jos Mara del Nido, acceda a la presidencia casi de forma impuesta, cuando el letrado sevillano se vea obligado a abandonar el bastn de mando para cumplir condena. Pensaba por entonces Del Nido que Castro actuara a su servicio y le guardara las espaldas. Que le tendra el silln calentito para cuando pudiese volver a sentarse en l. No puede considerarse una traicin. El empresario utrerano emprendi su camino, sin la alargada sombra de su antecesor, y los xitos deportivos fueron entrando en las vitrinas casi sin descanso. Cinco ttulos de Europa League con l de presidente, de los once totales del club de Nervin en el siglo XXI. Sin embargo, el aficionado del Snchez-Pizjun no le reconoce su labor. Por qu? No ha sabido llenar el corazn del sevillismo, viendo en su presidencia y en los ttulos conquistados una casualidad ms que na causalidad.
El legado de Del Nido
La temporada 2013-14 era la de empezar un proyecto de cero. Con bajada de presupuesto y la salida por necesidad de un icono como Jess Navas. Entraba el Sevilla en la Europa League como noveno, por unas sanciones disciplinarias de la UEFA. Entre Monchi y Del Nido crearon ese proyecto de los Bacca, Vitolo, Carrio, Gameiro… Nadie poda esperar un resultado tan magnfico, con Unai Emery en el banquillo. Del Nido se despeda de la presidencia a finales de ao y Pepe Castro acceda a la misma. En mayo levantaba su primer ttulo. En sus discursos an se apreciaba esa impronta del anterior presidente, esa osada que trataba de imitar y no alcanzaba. Necesitaba hacerse con su espacio. Seguir su camino.
Aos de bonanza deportiva y econmica
Con un consejo de administracin repleto de sevillistas profesionales, que no accionistas importantes, sin salario y primeros espadas en sus desempeos profesionales, el Sevilla encadenaba temporadas de ttulos, beneficios para engordar los fondos propios y una situacin institucional medianamente estable. Dos ttulos ms (2015 y 2016) con una final de Copa perdida en la prrroga. La poca ms tranquila de Castro en la presidencia. Ah se hablaba de que haba incorporado la normalidad a la planta noble, con consejeros que aportaban y apartando al Sevilla de ser un club meramente presidencialista. Sin embargo, los cimientos se iban a empezar a mover. El bastn de mando iba a comenzar a pesar ms de la cuenta.
El primer adis de Monchi
La relacin entre el ya expresidente del Sevilla y el director deportivo ms laureado de la historia nervionense nunca ha sido del todo buena. El de San Fernando siempre ha tenido una forma de trabajar muy particular, personalsima, lejos de injerencias. Termin cansado de ciertas cosas hasta que decidi marcharse al final de la 2016-17. Castro pensaba que las estructuras aguantaran esta marejada. Se contrato a scar Arias en un verano donde su inseparable Del Nido Carrasco dimita del consejo de administracin para intentar volver poco despus. Su padre ya levaba un tiempo fuera de prisin, buscando cmo regresar a la presidencia. Comenzaba el desagradable baile en los despachos, que hoy sigue ms movido que nunca.
Dos aos de inestabilidad
Hasta cinco cambios de entrenador se vivieron en esos dos aos sin Monchi en el club. Pese a alcanzar los cuartos de la Champions y la final de la Copa en el primero, con scar Arias de director deportivo, el encargado de los fichajes no termin el ao. Las crticas arreciaban contra el presidente, quien al ao siguiente sac a un smbolo como Joaqun Caparrs del banquillo para nombrarlo director deportivo. “Esta plantilla la he parido yo”, afirmaba Castro. Actuaba como primer espada del club, con todo lo que eso conlleva. Y el equipo iba de mal en peor. La situacin deportiva se tornaba en desastrosa. Se entr en Europa, por segundo ao consecutivo, por los pelos. Y tuvo que acudir a Monchi nuevamente para que rescatase al Sevilla y dibujase un nuevo proyecto ganador. Dicho y hecho.
La venta frustrada y el pacto por la ‘pasta’
No todo era el csped y a pelota. Al Sevilla llamaron inversores extranjeros. Se desat una furiosa compra de acciones para hacerse con el poder, pero sobre todo para acumular ttulos y obtener una buena plusvala con la venta del club. El propio Castro introdujo el nico capital extranjero que an permanece en el accionariado, ahora aliado de la otra parte. Se frustr la venta en 2018, cuando los mximos accionistas pensaban en sacar una buena tajada. Al ao siguiente, finales de 2019, se firm un pacto de gobernabilidad (denominado por la pasta) entre Del Nido y el resto de mximos accionistas. Castro se garantizaba otros cuatro aos ms como presidente. Y con un consejo remunerado como grandes directivos de una empresa puntera. Esto molesta sobremanera al sevillismo, entendiendo que se han colocado a miembros de las familias de los accionistas y que la aportacin de los dirigentes est lejsimos de los sueldos que perciben.
La era Lopetegui su triste adis
Monchi y Lopetegui construan un proyecto slido en la hierba, con prdidas millonarias, eso s, en las cuentas. Se pens demasiado a lo grande, mirando al ttulo de Liga, mientras la crisis del covid golpeaba en parte la economa de todos los clubes. Pepe Castro y Del Nido Carrasco eran el tandem que gobernaba el Sevilla. Como lo ser a partir de este inicio de 2024. Aos de jugar la Champions u levantar dos nuevos ttulos, en el ltimo ao con demasiados cambios de entrenador y la nueva marcha de Monchi, cansado nuevamente de las injerencias en su labor. La cada de la era Lopetegui an no ha tocado fondo. En cinco meses se ha sentado el tercer entrenador del curso. Castro da un pequeo paso al lado para dejar paso, por el pacto firmado en 2019, a su mano derecha, Del Nido Carrasco. El utrerano regresa a la vicepresidencia. Deja diez aos de grandes xitos deportivos, pero sin el cario del sevillismo. La deriva accionarial ha daado su imagen por encima de los ttulos. Esa crtica del sevillista de a pie empaa la dcada del presidente Pepe Castro.
