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El expresidente de la Real Federacin Espaola de Ftbol (RFEF) Luis Rubiales ha pedido que se archive la investigacin que sigue en su contra al defender que no tuvo “ninguna voluntad” de invadir la libertad sexual de la jugadora Jennifer Hermoso y que prueba de ello es que pregunt a la futbolista si le poda dar un “besito”. “Ningn agresor sexual pregunta ni recaba el consentimiento de la vctima antes de acometer un acto que lesione la libertad e indemnidad sexual”, ha recalcado.
La defensa de Rubiales ha presentado un escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, ante el titular del Juzgado Central de Instruccin Nmero 1 de la Audiencia Nacional para pedir al juez Francisco de Jorge que archive el procedimiento que sigue en su contra por presuntos delitos de agresin sexual y coacciones por el beso en la boca que le propin a la jugadora durante la entrega de premios del Mundial de Ftbol celebrado en Australia el pasado ao.
Jenni Hermoso: “Todo ha ido bien y ahora est en manos de la Justicia”
El que fuera jefe de la RFEF ha insistido en que los hechos que se le atribuyen no son constitutivos de delito alguno. Ha asegurado que, en el contexto en el que tuvo lugar el beso, ste “no solamente no tiene una connotacin sexual” por su parte, “sino que objetivamente no estamos ante un acto que colme la tipicidad del artculo 178 del Cdigo Penal –que contempla el delito de agresin sexual–, pues en trminos de adecuacin objetiva ese beso no lesion el bien jurdico protegido en ese delito”.
En 35 folios, Rubiales ha recalcado que fue un beso “fugaz” que no tuvo lugar en “un marco de intimidacin previa”. “Sino todo lo contrario, es un beso dado ante la presencia de una multitud de personas, en el marco de un ambiente festivo y de celebracin, existiendo entre Hermoso y Rubiales una buena relacin previa, de una cierta confianza como ha manifestado la propia Hermoso, y que se produce como muestra de alegra, de afecto, de agradecimiento por la proclamacin del equipo femenino de ftbol de campeonas del mundo”, ha aadido.
El polmico beso en la boca de Rubiales a Jenni Hermoso
En este sentido, la defensa ha subrayado que “cosa distinta” es que “a medida que pasaban las horas y que las redes sociales y los medios de comunicacin hicieran del beso el centro de atencin de comentarios, de valoraciones, de insultos y de descalificaciones hacia Rubiales, ello provocara que Hermoso cambiara su inicial percepcin de lo que realmente haba ocurrido”.
Niega coacciones
As las cosas, Rubiales ha defendido que no solo considera que no vulner la libertad sexual de Hermoso, sino que entiende que tampoco existen indicios de que tuviera “ningn tipo de intervencin, ni directa ni indirecta” en las presiones que la jugadora dice haber recibido por parte del director de mrketing de la RFEF, Rubn Rivera, y el director deportivo de la Seleccin masculina, Albert Luque, en un viaje a Ibiza.
Asimismo, ha negado haber ejercido u ordenado presiones sobre el hermano de la futbolista y ha asegurado que “hubo pleno consentimiento” por parte de la jugadora al comunicado que emiti la RFEF poco despus de la ceremonia de premios del mundial.
Rubiales pide al TAD el archivo de su expediente y denuncia su “linchamiento”
En el escrito, ha aprovechado para reiterar lo que ya declar en sede judicial, cuando defendi que el beso fue una “muestra de afecto” que se produjo de forma “natural”, a la luz de “millones de ojos” y que fue “con consentimiento”.
A preguntas del abogado de Hermoso, asever que se trataba de una “celebracin totalmente extraordinaria”, que pregunt a la jugadora antes de darle el beso y que ocurri “con consentimiento”.
“S le pregunt antes cmo no le voy a respetar?”, respondi a la pregunta de si consideraba que haba respetado a la jugadora al besarla en la boca, para luego apuntar que Hermoso tras ese episodio “se fue muerta de risa” y dndole “dos cachetes en el costado”.
Ahora, el expresidente de la RFEF insiste en su versin y pide el archivo de la causa, una peticin que tiene lugar despus de que el pasado 2 de enero Hermoso ratificara ante el juez que el beso que le propin Rubiales no fue consentido y que s se sinti coaccionada.
