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El centrocampista inglés anotó un golazo a pase de Carvajal… que no pudo llegar a tiempo Antonio Rüdiger para cortar el disparo que acabó besando la red. La celebración, caballito incluido de los dos protagonistas, sirvió para trolear al central alemán, que no quería saber nada de sus compañeros.
Los aficionados ovacionaron a todos los jugadores y celebraron sus goles durante el entrenamiento. Aunque siempre habrá una duda que sobrevuele la cabeza de cualquier aficionado que pudo disfrutar en directo del entreno: ¿es rentable marcar un gol cuando tu rival es Rüdiger? El central alemán, que mueve masas como nadie con su simpática ‘locura’, deleitó al aficionado con sus despejes y su eterna sonrisa en cada acción. Tras un gol de Nacho, que remató tras adelantarse al alemán, llegaría la duda. Gol… y de regalo un curioso golpe en la espalda. Para que vuelvas.
