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Carlos Alcaraz, puro espectáculo, se identifica con las sesiones nocturnas de los grandes torneos como US Open o el Abierto australiano.
Sin embargo, sus preferencias en el momento de jugar son claras: “Yo prefiero jugar de día por el descanso“.
Carlitos acabó el martes su partido de primera ronda con Richard Gasquet a las 23.40 horas en Melourne. Pasados 50 minutos, atendía a los medios después de dedicar tiempo a la entrevista en pista con John McEnroe y a la posterior firma de autógrafos a los miles de aficionados que le idolatran.
Junto a los siete miembros de su equipo abandonó las instalaciones del Open de Australia en dirección al hotel Crown Towers donde se hospeda.
No podía irse a dormir. Tenía trabajo que hacer junto a su fisioterapeuta Juanjo Moreno, su sombra fuera de las pistas desde hace seis años.
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física del Deporte y posteriormente en Fisioterapia, reconoce que conoce a ciegas el cuerpo del campeón de dos grandes: “El cuerpo de Carlos no tiene ningún secreto porque he visto su evolución“.
El tratamiento del fisio terminó a las 2.38 de la madrugada y así lo recordaba él en redes sociales: “El partido no se acaba con la última bola… Terminando la recuperación“, escribía acompañando la frase con una fotografía del tenista tumbado en una camilla.
Espera Sonego
Carlitos no concilió el sueño hasta pasadas las tres y este miércoles tiene entrenamiento a las 14.00 horas. La segunda ronda es mañana contra el italiano Lorenzo Sonego.
La organización siempre suele poner como mínimo un partido en el segundo turno de la noche a los favoritos. Alcaraz ya ha pagado ese peaje.
