LaLiga: No es un gesto, es una agresin

En el ftbol femenino pas de todo sin que pasara nada. Durante muchos aos, adems. Para que por fin sucediera algo tuvieron que mediar un beso no consentido y sobre todo la torpeza infinita de un presidente de Federacin, que se lo dio a una jugadora internacional en el marco de una final de Mundial. Ante millones de personas, vamos. Porque si no hubiera sido palabra contra palabra, como tantas veces y sin que se atienda igual a una que a otra. As que de la comparacin que hizo Lucas Ocampos puede decirse como mnimo que no fue del todo afortunada (s lo haba sido su reaccin sobre el csped)

El jugador del Sevilla, como Jenni Hermoso, haba sido vctima de una agresin pblica. Todos hemos visto lo de Vallecas. No hubo consentimiento, as que (como ya han explicado otras compaeras) hubo agresin. Nada de gesto, que tampoco el Sevilla en su comunicado anduvo especialmente fino. No hay ms que buscar el significado del trmino, no hay ms que pensar siquiera un momento qu nos hubiera parecido que nos lo hicieran a nosotros o a cualquier persona de nuestro eterno. En ese sentido Ocampos merece todo nuestro apoyo y toda nuestra solidaridad.

Y el que agrede es un agresor. Por muy joven que sea (menor en este caso, lo que reducir cualquier condena), por mucho que a l le pareciera simplemente una gamberrada lo que estaba haciendo. Si es tan cerril como para actuar al modo Rubiales, delante de las cmaras, asusta pensar lo que al tipo en cuestin podra ocurrrsele en otros mbitos. Por supuesto habr quien reste importancia al suceso, como se la restaban a lo que sucedi entonces, pero eso slo demuestra que amplios sectores no se enteran porque no quieren enterarse. No porque no puedan, sino porque no quieren.

A los agresores se les denuncia, por cierto. Algo que no consta haya hecho Ocampos a la hora en que se redactan estas lneas, algo que debera hacer aunque slo fuera por mostrar un camino. Fue el propio futbolista nervionense quien aludi a sus hijas, algo que tambin nos suena, pero que tenga o no descendencia resulta irrelevante al efecto. LaLiga informa por su parte de que llevar el caso a la Fiscala de menores, pero por ah asimismo se repiten trminos nebulosos para no llamar a la agresin por su nombre: incidente, comportamiento…

Luego est por supuesto el tema de la seguridad en los estadios. Porque el cuerpo de Ocampos, igual que de un dedo, estaba al alcance de cualquier objeto que se pueda utilizar como arma. Que s, que en teora hay controles, pero aqu nos conocemos todos. Tampoco se permite el alcohol en tales recintos… salvo que puedas permitirte una entrada Vip. Hipocresas a estas alturas, las justas. Como suele ocurrir en este pas de nuestras entretelas, no habr medidas hasta que no haya una desgracia.

Y como a ro revuelto ganancia de pescadores, a Presa y Ayuso les viene de perlas estigmatizar Vallecas en su afn por llevarse el estadio del barrio. Lo que pas el lunes en Payaso Fof podra haber pasado en cualquier otro momento y en cualquier otro lugar, eso es lo ms triste, as que castguese al culpable (incluso a los cmplices) sin necesidad de infamar a toda una aficin. Al culpable de agresin, no hay que cansarse de repetirlo.