EspnNcaa
El Barcelona est inmerso en la peor crisis de los ltimos 50 aos. Hablamos del club, no del equipo. El equipo jugar mejor o peor, ganar o perder partidos, remontar antes o despus el doloroso 4-1 de la Supercopa, pero eso tiene solucin a corto y medio plazo. El club no. El club est en la ruina, atrapado en un callejn sin salida. Laporta nunca lo va a reconocer, sabe que le costara el ca
rgo. No va a decirle la verdad al socio porque es demasiado dura y porque adems nadie se lo exige
. Se aprovecha de que la mayora de socios azulgranas estn tan aletargados que carecen de capacidad crtica. Prefieren vivir en el autoengao, en Matrix, una realidad paralela donde su equipo compite a base de palancas y sigue siendo un grande de Europa.
Pero
el Bara no va a ser un club grande durante los prximos aos porque est entrampado financieramente, porque cada ao tiene que pagar 150 millones (ms de la mitad de su lmite salarial) slo en los intereses de la descomunal deuda que acumula
y porque la construccin del nuevo estadio es un lujo que en su gravsima situacin actual no deba permitirse. Esta es la realidad por ms que se empeen en maquillarla con cortinas de humo y relatos huecos. Por eso
ahora interesa centrar los debates de las tertulias en si Xavi merece o no seguir en el banquillo, en vez de preguntarse si Laporta merece seguir en el palco.
La gestin econmica de una entidad antao tan slida como el Barcelona lleva siendo un disparate desde hace 15 aos
y el ltimo que llega a la presidencia secuestra al club para embarcarse en una huida hacia delante que est descapitalizando la institucin.
Si a nivel econmico el club est hundido,
desde el punto de vista tico el Bara est arrastrando su imagen y su prestigio hasta lmites insospechados con el Caso Negreira
, el escndalo de corrupcin ms grave en la historia del ftbol espaol. Que la vergonzosa Ley del Deporte impida juzgar a los responsables por la va deportiva porque ya ha prescrito demuestra el pas de pandereta en que vivimos, con leyes hechas a medida de los infractores. Pero eso no es obstculo para
que el mundo entero sepa que el Barcelona estuvo pagando millones durante 17 aos al vicepresidente de los rbitros y que Negreira mont un entramado para beneficiar a su cliente manipulando a discrecin mediante el ndice corrector (o corruptor) los ascensos, descensos, promociones e internacionalidades de los rbitros
, tal como han declarado a la Guardia Civil ex colegiados como Sergi Albert, Pino Zamorano o Areces Franco. El descrdito y el dao reputacional para el club azulgrana es gigantesco, a expensas de que la UEFA decida castigar lo que deberamos sancionar en Espaa sin ayuda de nadie.
Lo triste es que ante hechos tan graves como estos el socio no pide explicaciones ni responsabilidades mientras el club se desangra
. Pobre Barcelona.
